Los bloqueos de carreteras y las manifestaciones, potencialmente violentas, provocados por los manifestantes que reclaman la dimisión de la presidenta Dina Boluarte seguirán afectando al entorno de seguridad esta semana. Aunque la intensidad de las protestas seguirá disminuyendo gradualmente, las manifestaciones diarias en Lima, y los persistentes bloqueos de carreteras en las regiones del sur seguirán planteando riesgos para la fuerza laboral y limitarán las operaciones.
Se espera que continúen las protestas diarias en Lima, que suelen desembocar en enfrentamientos entre manifestantes y la policía al caer la noche en el centro de la ciudad. Las marchas en otras partes de la ciudad, como San Isidro, Miraflores y en las inmediaciones del aeropuerto internacional Jorge Chávez (LIM), siguen pudiendo producirse, alterando el tráfico. En las regiones del sur, la actividad se concentrará en el bloqueo de las principales carreteras de Arequipa, Cuzco y Puno. La consecuencia ha sido la interrupción de las cadenas de suministro, lo cual ha provocado la escasez de combustible y alimentos, y el consiguiente aumento en el precio de los bienes de primera necesidad. En el plano político, un Congreso dividido e impopular no ha logrado hasta ahora llegar a un acuerdo para adelantar las elecciones a este año, una de las principales demandas de los manifestantes. Mientras, Boluarte mantiene que no dimitirá. El recrudecimiento de los disturbios sería especialmente probable en caso de que las fuerzas de seguridad volvieran a hacer un uso mortal de la fuerza. En Lima, los puntos conflictivos incluyen la Plaza Dos de Mayo, la Plaza San Martín, la Avenida Abancay y la Avenida Arequipa en el centro de la ciudad, así como el Parque Kennedy en el distrito de Miraflores.
Reconfirme el estado de las rutas antes de comenzar cualquier desplazamiento, ya sea terrestre como si tiene previsto volar.